¿Qué pienso? Como mexicana residente en Noruega, en un primer momento me dejó con sentimientos encontrados. Por un lado, me tocó esa herida tan sensible que tenemos todos los mexicanos por la situación de nuestro país en general, por el caso Ayotzinapa en particular. Sin embargo, por otro lado, sentí que no era el momento ni el lugar.
Aparentemente, uno podría pensar "¿qué mejor momento para exponer el reclamo por la desaparición forzada de 42 estudiantes, que en la entrega del Premio Nobel de la Paz a una chica que lucha por la educación de los niños y niñas?" Sin embargo, si atendemos más profundamente al contexto, en realidad no era tan buena idea. Ambos galardonados están bajo amenaza de muerte. Malala ya fue víctima de un atentado.
Noruega ha sido criticada por sus huecos en seguridad. Tras los ataques del 22 de julio de 2011 y las recientes amenazas terroristas, hay no sólo voces clamando porque se arme a la policía hasta los dientes, también hay ya una propuesta en el congreso en este sentido, por ello no era buen momento. Y no le podemos imponer el contexto mexicano, al contexto noruego que es en el que se desarrolló la premiación.
Adán quiso visibilizar la tragedia de México, pero lo que ve la mayoría de los noruegos, de lo que aquí se habla es de la seguridad vulnerada, de lo fácil que puede resultar un ataque a un recinto de gobierno noruego.
Adán quiso visibilizar la tragedia de México, pero lo que ve la mayoría de los noruegos, de lo que aquí se habla es de la seguridad vulnerada, de lo fácil que puede resultar un ataque a un recinto de gobierno noruego.
Y aquí surge mi verdadero malestar. Muchos de mis compatriotas mexicanos están acusando a Noruega de "reprimir" a Adán. Perdónenme compas, pero en ningún momento se le golpeó o se le agredió de ninguna forma. Se le saca, sí, claro, como dije, los noruegos no están todo el tiempo en el asunto Ayotzinapa, porque no están obligados a ello. Lo que a los organizadores y al equipo de seguridad les preocupó, sin pensar en nada más, fue garantizar que ninguno de los asistentes corriera ningún peligro.
«“Mi impresión de México es que hay dos Méxicos”, manifestó la diplomática, “es el México con mucha promesa, con muchas oportunidades, con muchos recursos, que ha hecho muchas reformas prometedoras, donde se podría hacer muchas cosas.“Y ahora con la crisis que está pasando en el país, muy claramente el caso de Iguala, muestra otro México, un México muy complicado, con influencia del crimen organizado. Es una lástima, pero es un reto también.» http://www.reporteindigo.com/reporte/mexico/hay-dos-mexicos
Es decir, que Noruega ha estado atenta y sensible a lo que sucede en México, pero no nos va a resolver el problema. Ni va a hacer las cosas como nosotros quisieramos. Por cierto, en gran medida, el problema de México es la incongruencia, ese continuo deseo de terminar con la corrupción, pero que a mí me den un chance.
Noruega es un país donde las leyes funcionan y funcionan porque no hay excepciones, porque no se le hace una curvita a lo derecho. Adán pudo tener las mejores intenciones (cosa que para ser franca dudo), pero violó la ley, y recibirá el mismo castigo que cualquiera que hubiera roto estas mismas reglas. Prueba de ello es que el espontáneo español Jimmy Jump, quien irrumpió en el concurso Eurovisión en 2010, recibió exactamente la misma pena que se acaba de imponer a Adán: una multa de 15 000 kr. A esto se le llama justicia, y no represión.